Los aislamientos térmicos reflexivos cuyo funcionamiento se basa en el fenómeno de reflexión de la radiación electromagnética (que es el portador de la energía térmica) y no en la limitación de la conductividad térmica. Las laminas de aislamiento reflexivo tienen una estructura en capas: están hechas de dos o más pantallas altamente reflectantes y capas que separan las pantallas (hechas de lámina de burbuja o de espuma). Como resultado, se refleja entre el 85% a 95% de la radiación infrarroja y las pérdidas de calor en el envolvente del edificio se reducen al mínimo. Le permite lograr hasta un 30% de ahorro en calefacción o refrigeración. Las laminas tienen una alta resistencia a la presencia de humedad en el aire, que no afecta el rendimiento del aislamiento térmico. Detiene el calor de ambos lados, por lo que la casa aislada con laminas reflexivas no se enfrían en invierno, y no se calientan en verano. Es un sistema de aislamiento flexible, rápido, limpio, cómodo y efectivo.